El chullachaqui

Entre muchas de las historias llenas de misticismo y suspenso que podemos encontrar en la selva peruana, tenemos la leyenda del Chullachaqui.
El Chullachaqui es uno de los personajes más conocidos, a veces con otros nombres como el Tunche: un ser que adopta forma humana y familiar para seducir a sus víctimas, convencerlas de que lo sigan para perderlos en la selva; cuando el Chullachaqui adopta forma humana lo único que no puede transformar son sus pies, ya que posee un pie de humano y otro de un animal. Es por esta característica que recibe el nombre de Chullachaqui, ya que Chulla significa falso y Chaqui es Pie: Falso pie
Por lo general es visto en Iquitos y Madre de Dios. En la parte selvática de Cuzco, Tingo María, Loreto y Ucayali, sino que también se ha expandido hacia las zonas urbanas de la costa central y norte.
Muchos pobladores aseguran que en muchas oportunidades han visto las huellas o pisadas desiguales del que dicen Chullachaqui, impresos en el barro, otros dicen que es un demonio que cuida la selva para que no penetren en ella. Cuentan así mismo los pobladores, que en Aymayarí, un bello pueblo enclavado en la selva del Departamento de San Martín a un Km. aproximadamente de la población, se encuentra la guarida o casa de los Chullachaquis. Relatan que un día a horas de la tarde un muchacho llamado Nicolás, después de haber bebido una gran cantidad de masato decidió ir a al chacra para ayudar a su padre quien se encontraba realizando las labores agrícolas. Al pasar por el referido lugar, improvisadamente se le presentó una persona igualita a su padre y sin dejarlo avanzar le dijo; "He venido a esperarle, sígueme vamos a la chacra".

El muchacho un poco sorprendido obedeció al ver que era su padre y siguió caminando junto con su inesperado acompañante por un camino bastante ancho pero a medida que iban avanzando el camino se hacía cada vez más angosto. En ese trayecto sorpresivamente se detuvo y le dijo: "Hasta aquí te he acompañado, tú te quedas y yo me voy, y desapareció del lugar, riendo burlonamente. Recién el muchacho se dio cuenta que se encontraba perdido en un enorme bosque y por más que busco el camino para regresar a su casa no lo encontró. Al darse cuenta los familiares que Nicolás no se encontraba ni en su casa ni en la chacra, de inmediato salieron a buscarlo, logrando localizarlo después de cuatro días de intenso trajín. Pero Nicolás nunca más regreso a su hogar.