Bob Woodward y Carl Bernstein, dos periodistas del diario The Washington Post, revelaron detalles de la implicación del presidente Richard Nixon en el escándalo Watergate .Los periodistas fueron "guiados" por un enigmático personaje al que bautizaron como "Garganta profunda" que llevó a los reporteros a descubrir el caso de espionaje en el que estaban implicadas las más altas instancias del Estado y que marco un hito en la investigación periodística.
La identidad de Garganta Profunda ha sido uno de los misterios periodísticos mejor guardados de todos los tiempos; Bob Woodward y su amigo Carl y Bernstein nos mostraron la importancia de respetar la voluntad de sus fuentes manteniendo el anonimato de “Garganta Profunda” y sobre todo de comprobar cada uno de los datos que le aportaban, por sencillos que parecieran.
Garganta Profunda, cumplía con dos actitudes de la fuente, la primera es la información con atribución reservada porque Bob llegaba a publicar la información que su fuente le brindaba, y la segunda es off the record, porque es reconfirmada por la fuente; debido que la información que es brindada no puede ser publicada sino el periodista debe proteger sus fuentes y que no sea obligado a revelar sus datos confidenciales.
La identidad de Garganta Profunda ha sido uno de los misterios periodísticos mejor guardados de todos los tiempos; Bob Woodward y su amigo Carl y Bernstein nos mostraron la importancia de respetar la voluntad de sus fuentes manteniendo el anonimato de “Garganta Profunda” y sobre todo de comprobar cada uno de los datos que le aportaban, por sencillos que parecieran.
Garganta Profunda, cumplía con dos actitudes de la fuente, la primera es la información con atribución reservada porque Bob llegaba a publicar la información que su fuente le brindaba, y la segunda es off the record, porque es reconfirmada por la fuente; debido que la información que es brindada no puede ser publicada sino el periodista debe proteger sus fuentes y que no sea obligado a revelar sus datos confidenciales.
Woodward y Carl Bernstein nos demostraron que hay que contrastar la información que aporta nuestra fuente por más fiables que sea hay que verificarlas, para lo cual, habrá que consultar con más de una fuente. Y sobre todo nos enseñaron el respeto al secreto de las fuentes que resulta de fundamental importancia para todo periodista.
A veces como periodistas nos planteamos la disyuntiva que se forma en relación a la ética, tanto personal y profesional. Las dos son necesarias, en cuanto a la primera, creemos que se está hablando de una obligación moral de respetar a quien nos haya confiado una información o declaración, y en cuanto a la profesional un derecho que tenemos los periodistas de preservar la identidad de la fuente de información.
A veces como periodistas nos planteamos la disyuntiva que se forma en relación a la ética, tanto personal y profesional. Las dos son necesarias, en cuanto a la primera, creemos que se está hablando de una obligación moral de respetar a quien nos haya confiado una información o declaración, y en cuanto a la profesional un derecho que tenemos los periodistas de preservar la identidad de la fuente de información.
Tomando como apoyo la obra de Woodward : El hombre secreto, la verdadera historia de “Garganta Profunda”; nos plantea, la importancia del secreto profesional que guarda el periodista, y sobre las fuentes, es también una garantía para aquellos ciudadanos que en alguna ocasión se convierten en fuente de información, cuando son conocedores de hechos de interés general. Teniendo la seguridad de que no se revelara su identidad si el periodista es incitado a revelar sus fuentes informativas. Teniendo como ejemplo a William Mark Felt, Garganta Profunda, era el número 2 del FBI cuando informó al periodista Bob Woodward, del diario The Washington Post, de la implicación del presidente Richard Nixon en el escándalo Watergate a principios de los años setenta.
En todo momento se tuvo anonimato Woodward y Bernstein insistían en que no la revelarían, a pesar de las presiones que sufrieron hasta que el propio Garganta Profunda falleciera.
Siendo el mismo Felt que reveló su tan controversial identidad, a los 91 años, Woodward, Bernstein y el antiguo editor ejecutivo del Post, Ben Bradlee, confirmaron que Felt fue el contacto que reveló la información sobre el caso Watergate.
Se trató de un “pacto”, un “trato”, un “convenio”, una suerte de “contrato”, entre el “la fuente” y el “periodista”. Esta confidencia simboliza una gran responsabilidad, y en todo momento Woodward la mantuvo.
En todo momento se tuvo anonimato Woodward y Bernstein insistían en que no la revelarían, a pesar de las presiones que sufrieron hasta que el propio Garganta Profunda falleciera.
Siendo el mismo Felt que reveló su tan controversial identidad, a los 91 años, Woodward, Bernstein y el antiguo editor ejecutivo del Post, Ben Bradlee, confirmaron que Felt fue el contacto que reveló la información sobre el caso Watergate.
Se trató de un “pacto”, un “trato”, un “convenio”, una suerte de “contrato”, entre el “la fuente” y el “periodista”. Esta confidencia simboliza una gran responsabilidad, y en todo momento Woodward la mantuvo.